LA SOLEDAD DEL EJECUTIVO

La soledad del  ejecutivo se resume a un alto sentido de la responsabilidad, rapidez en la toma de decisiones y coherencia en sus actos. De los tres puntos mencionados, me atrevería a decir que el más importante es la coherencia en sus actos, por que de ellos,  deriva la coherencia consigo mismo. Coherencia que no muchos ejecutivos tienen. Muchos son los que quieren acceder a puestos de nivel en la empresa, pocos son los que saben, que esa responsabilidad, no solo comporta un status y un sueldo. Comporta un alto nivel de Autoconocimiento y Autoestima ya que deben ser el ejemplo de centenares de personas que cuando piensan en su futuro, miran hacia arriba, hacia los puestos de poder, preguntándose si sus jefes, tendrán la honestidad suficiente como para tirar la empresa adelante como si en ello les fuese la vida. Trabajar a ese nivel … no es fácil. A veces se libran batallas personales muy difíciles de sobre llevar. Noches de eternas dudas, largos planteamientos, tensas reuniones  para al final, acabar en la soledad del ejecutivo, en su despacho, deshojando la margarita: Lo hago, o no lo hago … lo decido, o no lo decido …

La soledad del ejecutivo, me atrevería a decir, es una situación que pasa el 100% de los ejecutivos de grandes empresas o multinacionales. Hacer ver que no pasa nada, que tienes los nervios de acero, que ante una situación muy complicada confías en tu equipo completamente, que sabes como remontar los números, que sabes navegar en tiempos de grandes tensiones, todo eso a pesar de que las ventas hayan caído un 40%, hayas perdido el mayor cliente de tu lista o lleves una semana en la que las quejas, bajas y demás contratiempos se han apoderado de tu empresa o departamento …

Además , encima, debes mantener una postura firme y convincente ¡¡

¡ Que levanten la mano los ejecutivos que nunca jamás se hayan sentido solos ante la mesa de su despacho , frío y desolador a las 9 de la noche y ante una urgente decisión !..

Pues es ahí donde el «gran jefe» demuestra lo que vale.

Los altos ejecutivos, hoy en día, son carne de cañón de organizaciones que utilizaran sus habilidades y recursos para exprimir todo el rendimiento, y una vez exprimido, sin más, dejarán de valer y serán relegados a puestos de menor importancia, con eternas horas para leer el periódico en sus despachos, o para «asesorar» a ejecutivos senior con «hambre de figuración».

Señores ejecutivos … Diviértanse definitivamente en sus trabajos, en lugar de solo aspirar a captar clientes y engrosar sus bonos anuales, disfruten más dando los buenos días a la sala cuando entren por sus despachos. Sus trabajadores se lo agradecerán. 

Ofrezcan una amplia sonrisa dedicando un «Que tengáis buen día chicos», ello inspirará en la gente positividad.

Pregunten ¿ Qué tenemos hoy de máxima urgencia? ¿ puedo ayudaros en algo?. Sus empleados notarán que les preocupa el día a día y se interesa por solventar las tareas más pesadas.

Organice una reunión breve ( briefing) todas las mañanas con sus mandos más cercanos, para dar claras instrucciones de lo que debe cerrarse en el día de hoy, la semana o aquel asunto de carácter urgente. Ofrecerá a su primera línea la sensación de control sobre los temas más importantes.

Haga una reunión mensual con los responsables de área. A fin de tener una lista pormenorizada de los asuntos más importantes, críticos y pendientes de solución en sus departamentos. Sus subordinados más directos tendrán una sensación de apoyo importante para llevar a cabo sus tareas.

Ofrezcales apoyo, confianza y propóngales no solo una lista de temas pendientes, sino también pregúnteles

¿ cuál crees tú que podría ser una buena solución para este asunto ?.

Si hace partícipe a su equipo en la toma de decisiones y valorando juntos a ellos los aspectos más delicados, su involucración  en la empresa está garantizada. 

Aprenda a hacer seguimientos con sutileza, pero decisión. Es usted al que se le pide resultados en primera instancia, si su equipo no los da, no es por que no sepan, es que quizá usted no sabe transmitirles la estratégia.

Por último, sea un jefe convencido y convincente. Tenga claro que su valor como jefe y como persona, estará directamente vinculado a la coherencia que emite entre lo que dice que hay que hacer, lo que usted hace y lo que quiere que hagan por usted y su empresa los demás.

Si es un jefe exigente pero solo les exige a ellos y no también a usted, sería tachado de abusón.

Si dice que hará una cosa, el equipo confía en ello y después no la hace, el equipo perderá la confianza en usted y por tanto, nada de lo que diga será tomado en serio. Será tachado de charlatán y bocazas.

Si no es consecuente con sus horas de trabajo y su nivel de involucración, pronto perderá el respeto de su gente. Será visto como un simple figurante.

Si es una persona incapaz de hablar alto y claro, ofreciendo un mensaje incoherente y con aspecto de duda continúa, lamento decirle que quedará relegado a la soledad de un ejecutivo que tiene las horas contadas.

Por el contrario, si tiene usted una postura de visión de futuro, de creatividad en las soluciones, de involucrar por encima de todo a su gente y de luchar codo con codo, tiene usted el éxito como líder garantizado.

Ahora viene el que me dice … ¡¡ si, si , todo esto es muy bonito, pero no vale !!

Y yo le preguntaré… ¿ Tienes serios problemas con tu empresa, verdad?.

No te preocupes, vamos a trazar un plan. Yo sé como puedes ayudarte a ti y a tu empresa ¡

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Nos vemos en www.montselopezballester.com