VIVIR CON UN ADOLESCENTE
Vivir con un adolescente no es fácil, ni para ti, como padre o madre ni para El como hijo. Hoy te comentaré, si tienes un hijo adolescente, como puedes compartir tu vida con El sin que sea un infierno. Vivir con un adolescente no es un castigo, es un viaje codo con codo a otras maneras de entender y sentir la vida. Comprensión, acompañamiento, retrospección a tu vida de aquellos años y mucha paciencia, son las claves para una etapa que tiene fin… aunque hoy no te lo parezca.
Permíteme que haga un comentario. En este articulo, cuando me refiera a «EL» hablaré en sentido genérico. Da igual si es chico o chica.
Vivir con un adolescente conlleva, hoy en día, etapas de mucha tensión por incomprensión, que llevan a un distanciamiento doloroso para ambas partes. Distanciamiento pasajero, pero necesario. Nuestros adolescentes, son chavales que han crecido en circunstancias muy distintas a las que nosotros tuvimos en su misma etapa de vida y por tanto, no podemos esperar comprender sus inquietudes sin entender que viven en un mundo totalmente distinto al nuestro. Las grandes «crisis» de comunicación entre padres e hijos, parten de la base de que queremos que nuestros hijos hagan «por real decreto» lo que nosotros CREEMOS que deben hacer, no creo que eso sea malo, por que esc cierto que a veces es MUY conveniente poner límites, pero lo que es malo, es la falta de diálogo, de tratar de NO obligar sino de comprender y de perder la paciencia.
Para entender como sienten nuestros adolescentes es necesario saber que se encuentran en una etapa que se asemeja a estar subidos en una montaña rusa. No entienden muy bien que les pasa, por que les pasa, pero sus emociones les mantienen constantemente en una sensación de desequilibro, de dudas, de baile constante, que además, nadie les enseña a gestionar. Es difícil de explicar tanto en casa como en el colegio ciertas cosas sin ser juzgados, por eso, muchísimas veces adoptan esa postura de silencio, alejamiento y reclusión con ellos mismos.
Hacer por parte de los padres un viaje de retrospección a lo que nosotros, en su momento vivíamos a esa edad, nos ayudará a identificar que emociones pueden estar sintiendo ellos. Si bien es cierto, como decía antes, que los tiempos han cambiado y mucho, hay ciertas «sensaciones ANCESTRALES» que no cambiarán nunca, son las EMOCIONES y como se viven. Si fuésemos, como padres, lo suficientemente hábiles para recordar que emociones vivíamos nosotros entonces, ( rabia, inconformismo, rebeldía, necesidad de aventuras, dudas existenciales, miedos, retos locos y un largo etc… ) veríamos que nada hoy es tan distinto acerca de QUE EMOCIONES vivíamos, SÍ el entorno en el que se viven.
Retroceder en el tiempo, nos hará identificar parte de las emociones que ellos pueden estar viviendo. Nos haría comprender que pueden estar pensando y necesitando.
Y comprender, nos hará pasar del «desafiante autoritarismo» para ellos , al que por supuesto responderán con todo tipo de improperios, al diálogo constructivo y bi-direccional que necesita cualquier adolescente. No hay peor cosa que le fastidie ( me sale decir otra palabra que no quedaría bien escribir aquí ) a un adolescente, que ser juzgado desde la «sabiduría chulesca» de unos padres que no quieren entender lo que le pasa. La postura el El será siempre tomar distancia.
La gran pregunta ¿ Qué hacer entonces en este caso?
Un día le escuché decir a una profesora amiga mía, que aprovecho para nombrar aquí, mi amiga «Lali «, profesora de una escuela de prestigio en Barcelona, un frase lapidaria que me dejó muy pensativa …
La adolescencia es un camino al borde de un precipicio, donde nuestra obligación como padres es recorrerlo junto a ellos, con el miedo que comporta pensar que es seguro que van a resbalar, pero solo alzar el brazo para cogerlos con fuerza si van a caerse».
¿ No os parece una descripción acertadísima?… a mi me lo pareció.
Ellos tienen que saber que estás ahí, pero tú, con esa sabiduría que realmente te han dado los años, deberías también saber que a veces, realmente, hay que dejar que se equivoquen, que se caigan, que tropiecen, que se lleven el susto de su vida … recuerda que no hay mayor aprendizaje que el que se vive, no el que te cuentan.
Por ultimo, un factor a desarrollar por parte de los padres de vital importancia es la PACIENCIA. A veces vivimos esta etapa con la sensación de que nunca se va a terminar, andamos por ahí preguntando ¿ cuanto dura? y os digo que cada adolescente es un mundo. Lo que si puedo confirmaros, es que SIEMPRE ACABA. En nuestras manos como padres está tender un puente en una etapa dura y difícil de comprender para ellos.
Enseñemosles a transitar ese cambio con suavidad, cariño y mano derecha. Lo de la mano izquierda pertenece a «otros tiempos» que no son lo de HOY. EL mundo ha cambiado, nosotros hemos cambiado, tenemos hijos con un solo derecho y obligación como padres: HACER DE ELLOS PERSONAS FELICES E INTELIGENTES EMOCIONALMENTE , no solo profesionales de éxito.
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